miércoles, 19 de agosto de 2015

YO, ERNESTO (Homenaje a E.Hemingway).



Yo, Ernesto.

Apurando la copa paseo por el despacho, sobre la mesa con su silencio condenatorio por el abandono, la máquina de escribir. Aparto la vista y me dirijo al ventanal, los albores me muestran, por última vez,  el paisaje de Idaho. En el horizonte las cimas ahora verdes, en las que rememoré las nieves del Kilimanjaro, las coloridas laderas que me transportan a la alegre España, el lago por cuyas orillas caminé esperando encontrar al viejo Santiago como allá en mi añorada Cuba, los idílicos atardeceres del bello Paris…
Arrastrando los pies voy al recibidor, tomo asiento y dedico unos segundos a evocar que amé, reí, vi los horrores de la guerra y mal que bien sobreviví, mas los demonios siempre me acompañaron son más fuertes que nunca. Agarro el arma, apoyo el frío cañón sobre la frente y aprieto el gatillo.
 Qué ironía, tras años sin escribir hoy puse fin a mi mejor historia. Mi vida.





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